Tensiones Ambientales: En busca de un equilibrio entre la Conservación, la Burocracia y la Colaboración.
Recientemente el diario La Nación, el más importante de Costa Rica, se hizo eco de una noticia que normalmente pasaría desapercibida. Generalmente a nadie le interesa la conservación de las serpientes, y menos de una gran víbora venenosa, pese a que es endémica del sur de Costa Rica y está gravemente amenazada con la extinción. En 2020, CRWild y Bushmaster Conservation Project iniciaron un proyecto para la toma de datos sobre la especie en Rancho Quemado, Península de Osa. Con muchas dificultades y determinación, se consiguieron equipos costosos y se visitó la región, preparando algunos colaboradores locales interesados para que realizaran la toma de datos, siguiendo un protocolo para no molestar a los animales ni acercarse peligrosamente.
En la comunidad la especie pasó de ser considerada un peligro, a un animal magnífico que vale la pena proteger. En la educación está el secreto, y por ello CRWild inició en 2021 una serie de visitas para informar a la comunidad de los objetivos del proyecto, que había obtenido el visto bueno de ACOSA. Este proyecto fue diseñado y aprobado por 5 años, renovables todos los años, y el primer año de renovación se informó a ACOSA, que no había ocurrido gran cosa, solo un ejemplar fue hallado atropellado y se recuperó para mantenerlo en alcohol como material educativo.
El segundo año, mientras se había enviado la renovación del proyecto a SINAC para su aprobación, que no debía tardar más de un mes, la funcionaria a cargo nos informó que ya estaba aprobado y a la espera de la firma de la directora. En ese lapso en el que continuamos con el proyecto normalmente, aparecieron tres ejemplares seguidos, de los cuales los dos primeros fueron capturados y se procedió, según el protocolo establecido y aprobado por SINAC, a instalarles los radios transmisores.
Fuimos notificados acerca de la presencia de un tercer individuo que cruzaba la carretera, en grave riesgo de ser atropellado. Lamentablemente, algunas personas irresponsables le estaban arrojando piedras, lo que podría haber desencadenado un accidente peligroso. Frente a esta delicada situación, se activó de inmediato el protocolo establecido. Se solicitó a los responsables locales que intervinieran para rescatar al individuo, que conformaría el tercer animal aprobado por el proyecto.
Los funcionarios del SINAC fueron notificados via telefónica y expusieron la situación detallada a los funcionarios en campo. Además, se estableció que este individuo era importante para un proyecto de investigación en curso. Sin embargo, los funcionarios de campo decidieron no acatar las instrucciones de sus mismos colaboradores que conocían la situación del proyecto y procedieron a decomisar el animal. Luego, se pusieron en contacto con otro proyecto y finalmente liberaron al individuo, tal como fue publicado en las redes sociales del Sinac y la organización Plato Negro ORG y fue anunciado como un decomiso de trafico de vida silvestre y transmitido en televisión nacional, grupos en redes sociales y anunciando en varios periódicos.
Es durante este lapso que surgió el inconveniente en cuestión. Un proyecto a 5 años no puede pararse esperando una respuesta de un ente oficial (que al final tardó 5 meses en contestar y estaba aprobado por 5 años), y más cuando se da la oportunidad de conseguir uno de estos raros animales. Son meros formalismos que deben ser entendidos y subsanados a posteriori. Se trataba de un animal que habría sido una valiosa fuente de datos para nuestro proyecto.
Aquí vale acotar que hace unos 10 años surgió una iniciativa para el estudio y protección de la plato negro, llamado Plato Negro Ecology and Conservation (https://platonegro.org/es/) llevado por los biólogos Marcelo Carvajal y Guido Saborío, a la sazón, funcionario de ACOSA, y Roel De Plecker, financiados por the Orion Society. Pese a que cualquier iniciativa sobre la conservación de esta y cualquier otra especie, siempre es loable y debe ser apoyada, cuando se ideó crear nuestro proyecto se les invitó a participar en algo más grande y ambicioso, a lo que nunca contestaron.
Nosotros conseguimos apoyo, financiamiento y un equipo de profesionales como nunca se había visto en Costa Rica para estudiar una de las especies más raras y amenazadas (Bushmaster Conservation Project y el único veterinario con experiencia en el género, Randall Arguedas). El caso es que debido a la presión del funcionario interno del proyecto Plato Negro Ecology and Conservation en ACOSA, consiguieron, después de que la funcionaria a cargo nos hubiera dicho que la renovación estaba asegurada, detenerlo, hacernos esperar 5 meses, y al final, denegarlo con razones aún nada claras.
Además de la denegación de la renovación SINAC-ACOSA-DT-PI-INV-009-2021, se emitió una orden administrativa SINAC-AREA DE CONSERVACIÓN OSA-PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN-OA-001-2022 para retirar los radios transmisores de los ejemplares. En un principio, se pensaba que eran 3 ejemplares afectados, pero se aclaró que solo eran dos machos. Sin embargo, desde el inicio, se decidió no acatar la orden por razones éticas y de salud de los ejemplares. En consecuencia, se presentó una apelación el 11 de noviembre de 2022 ante el Tribunal Contencioso Administrativo. La respuesta a esta apelación se recibió finalmente el 20 de julio de 2023, y en ella se derogó la orden emitida por SINAC.
Referencia documento:
Actualmente, estamos enfocados en continuar con el proyecto, el cual es de vital importancia para seguir descubriendo una de las especies más fascinantes y desconocidas. Estamos convencidos de que este proyecto puede aportar beneficios a la historia natural de esta especie, económicos y ecoturísticos tanto a la comunidad de Rancho Quemado como a otras áreas donde se desarrolle.
A pesar de los obstáculos que hemos enfrentado hasta ahora, creemos firmemente que el tiempo perdido ha sido innecesario, nos ha producido retrasos enormes en un proyecto de alcance internacional, mostrando a una entidad oficial que fue creada para la protección de la vida silvestre represente todo lo contrario. Es crucial que todos trabajemos unidos hacia un objetivo común. Nos entristece que otro proyecto, que en teoría tiene el mismo propósito, intente minimizarnos por conflicto de intereses. Lo lógico sería que ambos equipos colaboraran, o al menos no interfirieran entre sí, y que las autoridades fueran neutras, apoyaran el proyecto y la comunidad de Ranco Quemado. El único interés es conservar la especie y su hábitat, generando beneficios para la comunidad.
Es vital que recordemos que, en última instancia, estamos trabajando para el beneficio del conocimiento y el desarrollo sostenible. Si todos nos apoyamos mutuamente y trabajamos en conjunto, podremos alcanzar nuestras metas de manera más efectiva y beneficiar a todas las partes involucradas. Confiamos en que, a pesar de las dificultades, podremos superar los desafíos y lograr resultados valiosos para la ciencia y las comunidades locales.
Nos alegra saber que se ha alcanzado un resultado positivo en el Tribunal Contencioso Administrativo y que la Jueza Alana Fonseca Lobo ha sido parte fundamental en esta lucha contra la burocracia y la mala administración. Nuestro abogado Walter Brenes (Energy Law Firm) ha sido un gran apoyo en competencia y estamos en deuda con su trabajo. Es gratificante ver cómo el sistema judicial puede contribuir a la conservación de una especie y asegurar que se haga justicia en situaciones donde la administración ha fallado.
La independencia y autoridad del tribunal son fundamentales para garantizar que se tomen decisiones justas y equitativas en casos como este. Es una muestra de cómo el sistema de justicia puede ser un recurso valioso para proteger los derechos de investigadores frente a injusticias apoyadas por conflictos de interés. Al fin y al cabo, se beneficia la especie, su hábitat, la comunidad de Rancho Quemado y el conocimiento que vamos a adquirir de un animal poco conocido, venenoso y de importancia médica.
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