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  • Writer's pictureCésar L. Barrio-Amorós CRWild

¿R.A.N.A.? o no R.A.N.A., esa es la cuestión.

Updated: Dec 14, 2020

Cómo diferenciar una coral verdadera de una falsa coral y no morir en el intento

César Barrio-Amorós (CRWild)


Enseñar a diferenciar serpientes venenosas de las que no lo son es una de las máximas responsabilidades de herpetólogos y divulgadores de la conservación de la naturaleza, especialmente de quienes deseamos que humanos y serpientes sigan sus vidas de la mejor manera y cada uno por su camino. También es importante tratar de explicar conceptos básicos muy claramente, sin que apelen a dudas.

Y es que cualquier serpiente que posea colores llamativos en anillos o bandas, suele ser expuesta como serpiente de coral, y creída altamente venenosa y peligrosa para el ser humano.

Nada más lejos de la realidad. Aquí dejaremos en claro algunos conceptos que creemos ayudarán a desmentir varios errores profundamente arraigados en el credo popular de los países latinoamericanos.

Sobre las serpientes de coral.

Las serpientes de coral verdaderas pertenecen a la familia Elapidae, que en América comprende solo a éstas (serpientes de coral) y a las famosas serpientes marinas (Hydrophis platurus) que se hallan en el océano Pacifico. En otros continentes comprenden también a las famosas cobras, mambas, taipanes y afines. En todo el continente americano existen algo más de 80 especies de corales verdaderas. Todas ellas son serpientes tímidas, huidizas, que pueden ser de hábitos semifosoriales (es decir, habitantes del suelo y a menudo bajo el suelo entre la hojarasca) preferentemente en bosques húmedos, nublados y secos pero también de zonas semi-desérticas y unas pocas especies son semi-acuáticas. Poseen actividad mayormente nocturna, pero pueden hallarse de día cuando llueve o está nublado, o muy temprano o en la tarde.

Se alimentan de presas alargadas, usualmente otras serpientes, pero también lombrices, lagartijas, cecilias, salamandras y anguilas. Para ello, neutralizan a sus presas con su veneno, que las paraliza. Tras ello, la coral comienza a tragarse su presa por la cabeza.

En general son serpientes delgadas, sin diferenciación de la cabeza (no tienen cuello), y miden entre 30 cm y 170 cm. La mayoría de ellas (depende también del lugar donde vivas) suelen tener entre 40 y 80 cm. La especie de mayor tamaño conocida es Micrurus pyrrhocryptus con un record de 172 cm. Micrurus surinamensis. M. lemniscatus carvalhoi y M. frontalis pueden sobrepasar los 160 cm, unas pocas más alcanzan los 150 cm: M. ancoralis, M. brasiliensis, M. helleri, M. silviae, y hay varias especies que alcanzan o sobrepasan los 130 cm, como M. alleni, M. altirostris, M. baliocoryphus, M. diutius (1), M. ibiboboca, M. lemniscatus, M. mipartitus, M. obscurus, etc. Sin embargo, hasta las corales más pequeñas poseen un veneno potencialmente mortal. Una creencia ampliamente difundida es que por tener la boca pequeña, no es fácil para ellas morder por ejemplo, un dedo humano. Corales hasta recién nacidas pueden no solo morder un dedo, sino abrir la boca muchísimo si es necesario. NUNCA MANIPULAR CORALES PEQUEÑAS (ni de ningún tamaño, obviamente).


(1). Esta hembra Micrurus diutius hallada en la Gran Sabana de Venezuela tenía 130 cm de largo. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography


Su dentición es proteroglifa (2), es decir, poseen unos colmillos inoculadores delanteros no móviles. Esto no significa que no sean tan capaces de morder e inocular veneno como las víboras.


(2) Cráneo de serpiente elápida, con dentición proteroglifa.


Patrón de color: En general, hay dos patrones dominantes, el monadal (que incluye un anillo rojo, generalmente más amplio que los demás, seguido de uno amarillo o blanco muy estrecho -normalmente de una o dos escamas de ancho- y uno negro un poco más ancho que el anterior, de 3 a 5 escamas de ancho), en un orden denominado R.A.N.A. (rojo-amarillo o blanco-negro-amarillo o blanco). Es normal que la cabeza sea la mitad negra la mitad amarilla o blanca, y que la cola sea negra con 3 a 10 anillos amarillos o blancos. Algunas especies monadales son: M. averyi, M. circinalis, M. corallinus, M. diastema, M. dumerilii (excepto forma topotipica (3)), M. ephippifer, M. fulvius, M. paraensis, M. remotus, entre otras. En Costa Rica se hallan Micrurus alleni (4), M. nigrocinctus, M. mosquitensis (5) y M. clarki por el momento.

El segundo patrón más común es conocido como “de tríadas”, consiste en un anillo rojo, separado del siguiente por tres anillos negros y dos blancos o amarillos consecutivos, en orden R.N.A.N.A.N.: (rojo-negro-amarillo o blanco-negro-amarillo o blanco-negro). El ancho de los anillos, independiente del color, es variable). La cabeza puede tener, en variedad de disposiciones, uno, dos o tres colores. Algunas corales de tríada son: Micrurus ancoralis, M. decoratus, M. dissoleucus (6), M. elegans, M. filiformis, M. frontalis, M. frontifasciatus, M. hemprichii (7), M. ibiboboca, M. isozonus, M. diutius (8), M. spixii, M. surinamensis, M. tschudii, entre otras (pero ninguna habita en Costa Rica).

También hay varias serpientes de coral que no siguen ninguno de estos patrones comunes, y que poseen uno propio. Este patrón único depende de la especie, pero en ningún caso posee mónadas o tríadas. Por ejemplo, Micrurus albicintus del Amazonas brasilero y M. margaritiferus de Perú son negras con anillos blancos formados por manchas (un patrón que también puede observarse en M. psyches). Micrurus annellatus de Perú es negra con anillos estrechos amarillos o rojos (aunque también tiene una forma monadal). Micrurus camilae de Colombia es roja por encima y blanca por debajo, con anillos negros (parecida a la falsa coral Scolecophis atrocinctus de CentroAmérica, aunque no son siquiera simpátricas). Micrurus collaris, M. melanotus (9), M. narduccii y M. scutiventris (amazónicas) son completamente oscuras dorsalmente sin anillos, pero con manchas de colores llamativos (amarillos o naranjas) ventrales. Micrurus langsdorffi del Alto Amazonas, es posiblemente la coral más bella, de color rojo intenso con anillos amarillos. Micrurus multiscutatus (10) de Colombia y Ecuador es naranja con anillos negros, muy similar a M. multifasciatus, de la cual hablaremos más abajo. Micrurus putumayensis del Alto Amazonas posee anillos negros y amarillos muy anchos. En Costa Rica hay dos especies con patrón único: M. multifasciatus, que es naranja con anillos negros y M. mipartitus (11), que es negra con anillos blancos y una banda roja en la cabeza y 2 a 5 anillos rojos en la cola; ambas habitan en la vertiente Caribe.


(3) Micrurus d. dumerilii de Cartagena de Indias, cerca de su localidad típica, mostrando patrón de tríadas. Otras subespecies de dumerilii son monadales. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.


(4) Micrurus alleni de Osa, Costa Rica. Típica especie monadal. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(5) Micrurus mosquitensis del Caribe de Costa Rica. Típica especie monadal. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(6) Micrurus dissoleucus del estado Lara, Venezuela. Típica especie con tríadas. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(7) Micrurus (hemprichii) ortoni, una especie de coral con patrón atípico de tríadas. Yasuní, Ecuador. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(8) Micrurus (lemniscatus) diutius juvenil. Cuyuni, Venezuela. Típica especie con tríadas. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(9) Micrurus melanotus, una coral con patrón único, sin anillos. Napo, Ecuador. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(10) Micrurus multiscutatus de Popayán Colombia, también una coral con patrón único. Foto: César Barrio-Amorós / CRWild/ Doc Frog Photography; cortesía de Santiago Ayerbe.

(11) Micrurus mipartitus, otra especie de coral con patrón único que habita desde Costa Rica hasta Venezuela y Colombia. Este ejemplar pertenece a la subespecie M. m. anomalus de los Andes de Venezuela. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.


Distribución: Las serpientes de coral pertenecen todas (con una sola excepción) al género Micrurus. La excepción es Micruroides euryxanthus (del noroeste de México y suroeste de Estados Unidos). Las corales se distribuyen desde el sur de Estados Unidos por todas las Américas hasta la mitad de Argentina. Están ausentes en Chile. Los países con mayor número de especies de coral son Brasil; Perú, Colombia y México. Repetimos que sólo en Estados Unidos aplica la norma R.A.N.A., así que uno de los objetivos de este blog es sacar de la cabeza esta absurda norma para el Neotrópico.

Veneno

El veneno de las serpientes de coral es neurotóxico, y usualmente es más lento en hacer efecto que un veneno hemotóxico (entre una y 32 horas). El problema es que a veces no provoca dolor, pero si ha sido mordido, se debe pensar en el peor de los casos y dirigirse inmediatamente a un centro hospitalario. Los síntomas al ser mordido por una coral suelen afectar al sistema nervioso, produciendo parálisis en los nervios de la cabeza primero, y el sistema respiratorio. También el veneno actúa sobre el corazón, pudiendo producir un paro cardíaco. Tras el procedimiento adecuado con antivenina micrúrica en el centro hospitalario, la recuperación debería ser total en unos días, y no presentar problemas colaterales. También se conocen casos de supervivencia sin ningún tipo de tratamiento, pero eso hay que sacárselo de la mente.

¿Son peligrosas las serpientes de coral?

La incidencia de accidentes ofídicos en que las corales son protagonistas es muy baja. Tan solo el 1% en casi todos los países. Sin embargo, los casos suelen ser graves si no se tratan a tiempo. Como hemos visto, las corales son animales muy tímidos, que siempre van a huir antes que a defenderse. Sólo dejándolos seguir su camino estaremos a salvo. Si la ocasión lo requiere, pues una ha entrado en tu casa, y debes sacarla, lo primero que siempre recomendamos es llamar a los bomberos o un serpentario o zoológico cercano. Si no hay, nadie debe asustarse. Con una escoba y un recogedor o un balde o recipiente amplio, se la puede sacar fácilmente de la casa… el recipiente (cubo, hielera, barril) debe tener tapa, y así, llevarla lejos de la habitación humana, soltarla en un ambiente parecido al natural original de donde se haya recolectado. Ella lo primero que va a hacer es desaparecer entre las hojas del suelo del bosque.

¿Pero qué pasa en caso de que una coral me ha mordido?

Sólo si por ignorancia alguien toma una con sus manos, pensando tal vez que no es venenosa, y resulta mordido, ante todo, si es en campo, debe ir inmediatamente al centro hospitalario más cercano. Curiosamente no vas a notar mucho dolor, tal vez incluso ni sientas nada… y pienses que lo que te ha mordido es una falsa coral, y te despreocupas. SIEMPRE piensa lo peor, que SI es venenosa. Si fuera que el animal está en casa o el jardín, con fin de no dejarlo suelto y que no provoque otros accidentes, se debe tratar de encerrarla en un balde o hielera y si se puede, hacerle una foto. Al llegar al centro hospitalario, sólo indicando que ha sido mordido por una serpiente de coral, los médicos deberán ponerlo en observación, y empezar el tratamiento antimicrúrico. Existe una antivenina particular para las corales (micrúrica) que deberían poseer todos los centros hospitalarios importantes en toda Latinoamérica. Y si no el más cercano, en la capital. En Costa Rica al menos, los centros hospitalarios están surtidos por el Instituto Cloromido Picado (http://www.icp.ucr.ac.cr/).

¿Cómo distinguimos a una falsa coral de una coral verdadera? Aposematismo y Mimetismo

Entonces… ¿cómo distinguimos una coral de una falsa coral?

A cualquier serpiente con color rojo y bandas o anillos negros, se le confunde inmediatamente con una coral. Hay algunas que en verdad son corales (siguiendo los patrones que hemos comentado antes) y otras que no lo son. Por qué una serpiente que no es coral (y por tanto, no es venenosa) quiere hacerse pasar por una coral. La coloración tan viva que muchos animales venenosos poseen se cree que es para que los depredadores reconozcan fácilmente después de algún encuentro desafortunado pero del que han sobrevivido, que no deben meterse con ellos. Eso se denomina aposematismo. Los casos más famosos de animales aposemáticos son los de las ranas joya o venenosas (familia Dendrobatidae), las salamandras y avispas europeas, y sin duda, el de las serpientes de coral. Todos estos animales poseen colores muy llamativos, y un comportamiento tranquilo y no agresivo. Son conscientes de su poder, lo exponen a la vista. Y los depredadores los respetan.

De este caso se aprovechan algunos animales que se hacen pasar por los que son realmente venenosos y aposemáticos. Por ejemplo, hay ranas que no son venenosas que se parecen mucho a las que sí lo son. También hay polillas moscas que se parecen a avispas. Y sin duda, tenemos las serpientes que se parecen a las corales por tener anillos de colores rojo, amarillo o blanco y negro, en diversos órdenes, que son las famosas falsas corales. Este sistema de protección robando la coloración o haciéndose parecer a una especie venenosa y por tanto, potencialmente peligrosa, se denomina mimetismo.

Ahora, ante todo debemos preguntarnos… ¿necesitamos realmente saber diferenciar una coral verdadera de una falsa? Tal vez no sea vital saber si la serpiente que tenemos en frente es venenosa o no… ya que está en su hábitat, y va a desaparecer en cuestión de segundos. Lo mejor que podemos hacer es simplemente dejar que se vaya. Cada uno por su camino. No hace falta molestarla y menos tratar de matarla. Ella no te ha hecho nada (ninguna coral ni falsa coral te va a perseguir ni amedrentar ni atacar, ni siquiera si la provocas). Su defensa ante depredadores grandes como un humano es la retirada lo antes posible. Una coral, del tamaño que sea (recordemos que generalmente son pequeñas) siempre va a tender a retirarse rápidamente. Máxime, si se ve acorralada, recurrirá a un truco que consiste en mostrar su cola levantada y enrollada (12), moviéndola para atraer la atención, haciendo pensar que esa es la cabeza, mientras que la cabeza real la esconde bajo su cuerpo. Prefiere perder en dado caso la cola que la cabeza. Una falsa coral también, si le damos espacio, desaparecerá lo antes posible. Ese es el consejo numero 1: No hace falta saber si es venenosa o no. Que cada uno siga su camino. Es el mismo caso que si te encuentras con una mofeta, ¿no crees? ¿Vas a ir a molestarla, sabiendo de lo que es capaz? Generalmente ellas están en sus cosas, buscando comida, etc, no buscan agredirte. Pero si te acercas mucho, lo pueden ver como un acto agresivo de tu parte y responder en consecuencia. Lo mejor, entonces, es dar un rodeo y dejarla en paz, ¿no? Igual aplica a las serpientes de coral, falsas corales y en general, a todas las serpientes.

Pero qué hacer por ejemplo si me encuentro una en mi jardín o casa de campo? En ese caso sí es probable que te interese más saber si ese animal puede representar una amenaza para ti y los tuyos (incluidas tus mascotas). En ese caso, igual la recomendación sería: Llama al servicio de bomberos o serpentario más próximo y explíquele la situación. Describe el animal y sigue las instrucciones. Debemos tener en cuenta que muchas veces los bomberos no están entrenados específicamente para identificar cada especie, y que pueden actuar, generalmente tratando de salvar la vida del animal, pero no siempre. Si nadie puede acudir a ayudar, recuerde: NINGUNA CORAL O FALSA CORAL ES AGRESIVA NI PELIGROSA. También recuerde, muy importante, la regla R.A.N.A. no es fiable, así que no se confíe en que una serpiente con anillos rojos tocando negro no sea venenosa… No hay que manejarlas bajo ningún concepto, se pueden mover del piso de una casa con una escoba y recogedor, ponerlas en un cubo (mejor con tapa) y soltarla lejos. De todas maneras, como consejo, es importante que todo el mundo, especialmente si viven en el campo, tengan algunos contactos de gente que puede ayudar o asistir en caso de un encuentro inesperado.


(12) Estrategia defensiva de las corales, en este caso Micrurus nigrocinctus, en Parque Nacional La Cangreja, Costa Rica. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.


¿Realmente puedo seguir el consejo R.A.N.A. para saber si una coral es verdadera o no?

El consejo que dice que una serpiente con patrón de coloración R.A.N.A. (recordemos: Rojo-amarillo o blanco-negro-blanco) es venenosa y si el orden de los colores es diferente (por ejemplo que el rojo toca el negro) no lo es, ES FALSO! Bueno, depende del país, en realidad sí es válido en Estados Unidos, donde solamente existen 3 especies de corales, y todas poseen el patrón R.A.N.A. Pero en al sur del Río Grande, ya todo cambia. En México hay 16 especies, de las cuales sólo7 tienen el patrón RANA. Las otras poseen tríadas (Rojo con negro, que sería considerado en Estados Unidos como NO VENENOSA), o patrones únicos, por lo que la norma no sirve. Más al sur incluso (de Honduras y Nicaragua a Panamá), existen especies de falsas corales con el patrón RANA (Scaphiodontophis annulatus, Rhinobothryum bovalli (13)) y corales con patrones únicos (Micrurus multifasciatus, M. mipartitus). Y en Suramérica, seguir el consejo sería como una ruleta rusa, porque hay más especies de corales que no siguen el patrón RANA que viceversa. En definitiva, NO SEGUIR EL CONSEJO QUE LAS SERPIENTES CON PATRON R.A.N.A. SON VENENOSAS TODAS, porque hay demasiadas excepciones. Además, existen tanto vcorales verdaderas como falsas con aberraciones cromáticas, es decir, con colores o patrones diferentes a los esperados en sus respectivas especies (14).


(13) Rhinobothryum bovalli es una falsa coral arbórea que habita desde Honduras hasta el oeste de Ecuador y presenta un patrón monadal idéntico a las corales R.A.N.A. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(14) Las aberraciones cromáticas son comunes tanto en corales como en falsas corales (como esta Lampropeltis abnorma del caribe de Costa Rica). Estas aberraciones pueden despistar aún más para reconocerlas. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.


¿Hay más características para distinguir entre corales y falsas corales?

Sí, pero no son muy claras. Sólo especialistas y gente con una mirada analítica y con paciencia para calibrar sus observaciones podrían distinguirlas. Una es la falta de cuello de las corales (versus las falsas corales), es decir, la cabeza no se distingue del cuello, aunque eso es tremendamente difícil y subjetivo, porque las Lampropeltis, que son falsas, tampoco es que tengan una cabeza muy distinta del grosor del cuello (15, 16), pero sí es más observable en otros géneros como Erythrolamprus (17, 18) y Oxyrhopus (19). Otra característica es el tamaño relativo del ojo, siempre muy pequeño en las corales verdaderas, y algo mayor en las falsas corales (20).

En cuanto a sus costumbres, las corales en Costa Rica por ejemplo, son todas terrestres (M. alleni (21) es semi-acuática), y nunca se hallan sobre vegetación. Tampoco muchas falsas corales se encuentran sobre vegetación (tal vez sólo Rhinobothryum bovalli en Centro América y su contraparte amazónica R. lentiginosum, y alguna especie bandeada que puede ser tomada como falsa coral como Siphlophis compressus (22), Dipsas bicolor (23) o Sibon anthracops (24)), pero lo que es seguro, es que si ves algo que se parece a una coral sobre las ramas de un árbol, no será verdadera.


(15) Lampropeltis polizona de Nayarit, México, mostrando la poca diferenciación que hay entre cabeza y cuello. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(16) Mismo ejemplo de poca diferenciación de cuello y cabeza en Lampropeltis andesiana de Venezuela. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(17) Las falsas corales del género Erythrolamprus, como esta E. aesculapii de la Gran Sabana de Venezuela sí poseen la cabeza diferenciada del cuello y ojos más grandes que las corales. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(18) Esta otra es Erythrolamprus bizona de Lara, Venezuela. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(19) Otra considerada falsa coral es Oxyrhopus petolarius, a la que también se le nota el cuello y los ojos más grandes. Uvita, Costa Rica. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(20) Lampropeltis polizona de Nayarit, México, mostrando los ojos claramente mayores que en cualquier especie de Micrurus (corales verdaderas). Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(21) Micrurus alleni es la coral más acuática de Centro América, aunque en Suramérica existen algunas especies, como M. nattereri y M. surinamensis mucho mejor adaptadas a la vida acuática. Foto: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

(22) Otra (mal) considerada falsa coral es la semiarbórea Siphlophis compressus, que al igual que ...

(23) Dipsas bicolor...

...y (24) Sibon anthracops, se encuentran a menudo en ramas de árboles y arbustos. Ninguna serpiente parecida a una coral que se halle en un microhábitat arbóreo será venenosa. Fotos: César Barrio-Amorós/ CRWild/ Doc Frog Photography.

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